Un seguro de vida paga una suma asegurada a tus beneficiarios si falleces (o en algunos productos, también en caso de invalidez o sobrevivencia).
Propósito principal
Proteger el nivel de vida de quienes dependen de tus ingresos y cubrir deudas y gastos inesperados.
1. Protege a tu familia: garantiza que, si tú faltas, ellos tendrán dinero inmediato para seguir viviendo con dignidad (pagar renta/hipoteca, comida, estudios, deudas).
2. Evita heredar deudas: si tienes créditos (hipoteca, préstamos, tarjeta), el seguro cubre esos compromisos en lugar de que tu familia los cargue.
3. Da estabilidad en crisis: si la muerte ocurre de forma inesperada (accidente, enfermedad), el seguro transforma el caos en liquidez para enfrentar gastos.
4. Planeación patrimonial: en algunos seguros permanentes puedes ahorrar e invertir a largo plazo con ventajas fiscales (ideal para retiro o metas grandes).
5. Paz mental hoy: no se trata de pensar en la muerte, sino de vivir más tranquilo sabiendo que, pase lo que pase, los tuyos estarán respaldados.
¿Qué determina el costo?
Edad, sexo, estado de salud (historial médico), ocupación (riesgo), hábitos (fumar), suma asegurada, plazo de la póliza y modalidades (temporal vs vitalicia).
La prima sube con la edad y condiciones médicas preexistentes; comprar joven y sano suele ser mucho más barato.
Documentos y requisitos para contratar
Identificación oficial, CURP, comprobante de domicilio, comprobante de ingresos/ocupación, cuestionario de salud y, para algunas pólizas, estudios médicos (exámenes de laboratorio, electrocardiograma). Algunas pólizas pequeñas no requieren estudios médicos.